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Símbolo de gloria, fama, poder y profecías, el laurel ha sido desde la antigüedad, una planta usada por siempre. Con sus ramas se coronaban a los vencedores en la antigua Roma y aún en la actualidad, a los vencedores de varias competencias se les entrega ramas de laureles en formas de coronas. Esta planta se asociaba a Dios y al sol, por lo que se la consideraba sagrada y ya en Delfos era usada por las pitonisas para profetizar, de allí su valor místico. |
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Las hojas de laurel tienen propiedades que pueden ser aprovechadas al preparar un té curativos en las siguientes enfermedades: Nerviosismo, mareos, melancolía, tristezas, desgano, pánicos, debilidad corporal, falta de voluntad. Problemas de la vegija, dolores de garganta, problemas pulmonares, parasitosis dérmica, reuma, artritis, parálisis, dolor de estómago, digestion lenta, stress, regulador menstrual, sordera. En ciertas enfermedades dérmicas o de articulaciones, puede aplicarse una cataplasma sobre la zona afectada con un té tibio-caliente. Para preparar el té se colocan 10 gramos de hojas de laurel en un litro de agua. Se hierve por 3 o 5 minutos, se retira del fuego y se deja entibiar. Luego puede tomarse de 3 a 4 pocillos por día. Tambien puede obtenerse o comprase en farmacia “aceite de laurel” que entibiado y puesto en fomentos, alivia los problemas reumáticos y dolores óseos. Tambien es efectivo en casos de problemas dérmicos como por ejemplo la sarna y otras afines. Antiguamente se quemaba en las habitaciones de los enfermos, hojas de laurel y mirra para purificar el ambiente, pues su agradable alejaba los malos olores. Para levantar el ánimo y fortalecer la voluntad, pueden colocarse 3 hojas de laurel en agua fría y dejarlas macerar por la noche. A la mañana, al levantarse puede beberse un poco del agua. |
- Laurel en flor - Jean Tosti
El laurel, Laurus nobilis, es un árbol mediterráneo, aromático, de hoja perenne y de tronco recto y corteza gris. Tiene hojas simples, alternas, lanceoladas u oblongo-lanceoladas de 4 a 8 cms y florece en primavera. Sus flores, de tonos amarillos, no son demasiado atractivas y se presentan en racimos agrupadas de 4 a 6.
El laurel, un árbol clásico
Su nombre latino deriva del papel que se le daba como forma de homenaje en la antigüedad clásica, tanto en Grecia como en Roma. Se hacían coronas de laurel trenzado para generales y emperadores. De ahí ha derivado la expresión “laureado”, sinónimo de premiado, que se ha extendido hasta nuestros días.
Cuentan las crónicas históricas que el uso como corona surge de una leyenda en la que la ninfa Dafne, cuyo nombre significaba “laurel” en griego, huía del acoso de Apolo ya que había jurado no casarse jamás. Ante la insistencia del dios, Dafne pidió ayuda a su padre, Pireo, que la convirtió en árbol. Apolo, presa del dolor, cortó dos ramas, las trenzó en forma de corona que se colocó y declaró al laurel árbol sagrado.
El laurel en el jardín
En el jardín puede dársele un uso tanto arbustivo como de árbol. En maceta el laurel no pasará de los 2 metros mientras que, cultivado en tierra, puede llega a los 12 ó 15 metros de altura. También puede usarse dándole forma, como arbusto decorativo o utilizarlo en setos de separación.
Requiere suelos secos y no admite encharcamientos en su riego. Tampoco tolera ni las heladas severas ni el pleno sol, creciendo mejor en lugares de sol y sombra. Se puede reproducir por semillas o por esquejes.
El laurel en las cocinas
Por valor aromático está muy extendido como condimento, especialmente en la cocina mediterránea, y como infusión o té para otras aplicaciones. Se usa fresco o seco y, aunque se puede añadir pulverizado, es preferible poner las hojas enteras y retirarlo a la hora de servir.
Su aroma se desprende lentamente por lo que es muy adecuado en asados y guisos que lleven un tiempo largo de cocción. Es habitual en los platos de caza y otros de carne estofada o asada, al igual que en sopas y platos de legumbres, pescado o marisco.
El laurel y sus propiedades adelgazantes y medicinales
El laurel es rico en ácidos grasos insaturados (oleico, linoleico y palmítico) y debido a sus aceites esenciales y otros componentes tiene varias aplicaciones medicinales.
- Sus propiedades adelgazantes tiene que ver con sus beneficios sobre el sistema digestivo. Tomado como infusión, dos o tres veces al día después de las comidas preferentemente, gracias a sus componentes químicos actúa mejorando la digestión y evitando la formación de gases que hinchan el abdomen. Sin embargo es, a la vez, un estimulante del apetito.
- Tiene propiedades antiespamódicas y carmitivas, favoreciendo la eliminación de gases (meteorismo), y es útil para mejorar cólicos y diarreas.
- Actúa sobre el colesterol aumentando el nivel del HDL (el conocido como colesterol bueno) en sangre.
- Como diurético (por los aceites esenciales que contiene) actúa sobre el sistema renal.
- Se le atribuyen propiedades antisépticas en el tratamiento de heridas.
- En cataplasmas y friegas se usa en inflamaciones reumáticas o musculares y sus aceites esenciales se usan en la preparación de productos cosméticos.
- La infusión se prepara hirviendo 3 o 4 hojas, según tamaño, durante 10 minutos para el equivalente de una taza y es buena para catarros y, en baños de vapor, para despejar el sistema respiratorio. Se puede aromatizar con canela.
El laurel como insecticida
Sus componentes hacen de él un eficaz insecticida y se recomienda poner unas hojas alrededor de desagües o debajo de los muebles de cocina para evitar las cucarachas. Repartido por la casa, también puede evitar la invasión de hormigas y se recomienda meter unas hojas en los bolsillos de los abrigos de piel para una mejor conservación.
Una planta versátil y muy utilizada con la que, sin embargo, hay que tener cuidado al recogerla en estado salvaje. Y es que, además del laurel común apto para consumo existe otra variedad, muy tóxica, conocida como el laurel-cerezo o laurel real (Prunus laurocerasus) y su aspecto es similar.
