Marko Bonifaz – http://www.paginasiete.bo/
El famosísimo sándwich. Se dice que esta merienda, conocida mundialmente, tiene como origen Inglaterra, tanto el nombre como el concepto. El nombre se lo acredita a Sandwich, una región en siglos pasados hoy una ciudad en el condado de Kent, Inglaterra. El conde John Montaagu, cuarto de su generación, tuvo fama de ser un jugador compulsivo razón por la cual pasó más tiempo de su vida en una mesa de juego. Dicen que su adicción al juego llegó tan lejos que hasta dejó de comer por no dejarlo; en determinada ocasión, cuando se encontraba en un campeonato de naipes, no quiso parar el juego y pidió a sus chefs que le enviaran lo que sea; el mayordomo apareció con una variedad de productos rebanados y lonjas de pan. John cogió unas cuantas rebanadas de carnes, las puso en medio de dos lonjas de pan y comió satisfactoriamente con una mano mientras jugaba con la otra y listo pues. El sándwich nació.
Desde entonces este concepto se ha paseado el globo terráqueo y se ha asentado en todos los países y ciudades siendo una gran arma de identificación gastronómica criolla regional. Todos los países tienen una variedad interesante de sándwiches preparados con sus más arraigados ingredientes y hacen lujo de sus deliciosos y diferentes panes. Los encontramos desde súper gourmet y precios exagerados, pero generalmente es el concepto callejero de comida al paso, fácil de comer con las manos, de sabores intensos, que encontramos a toda hora y en los lugares menos imaginables y todos con su propia historia.
EL SÁNDWICH DE CHOLA
Bueno, nosotros no somos la excepción. Uno de los sándwiches más populares en Bolivia y de la ciudad de La Paz, nuestro poderoso sándwich de chola que lleva su nombre porque tradicionalmente era preparado por las señoras de pollera en ocasiones festivas.
Y como ya sabemos que los colores, aromas y sabores tienen memoria es que mi primer recuerdo del sándwich me transporta de inmediato a los emocionantes partidos de fútbol que el tío Ángel me llevaba a ver a nuestro legendario Hernando Siles. El sabor de esas finas lonjas de pierna de cerdo que había sido horneada lentamente en un horno a leña en medio de esa tan suave sarnita (pan casero con una pizca de queso pintado en la superficie que para que esté suave tiene que ser del día anterior), con el picante de esa salsa de ají chamuscado al fuego, como el tío Ángel me enseñó y el toque de ese salado escabeche de zanahorias y cebollitas más el perfecto crocante del cuerito simplemente espectacular. Recuerdo tristemente que los 15 minutos de descanso sólo te daban para comer dos. Qué experiencia y qué recuerdos de todos esos goles que grité frenéticamente.
Años después, mi gran amigo de la vida Sergio Pacheco me llevó a Las Cholas, que entonces se encontraba en la avenida Arequipa de la zona Sur. Varios quioscos full montados con enormes piernas de cerdo cubiertas con una gasa y acompañadas de deliciosos gigantes crocantes cueros, al lado de la típica lata roja de cerveza y en el fondo imponente la señora de pollera (la chola) haciendo honor a su nombre. Sigue vivo mi recuerdo del quiosco 007, donde la señora nos aguantó infinidad de travesuras y desmanes, y nos vio crecer. Qué recuerdos de esas reuniones con los cuates.
En la avenida Saavedra de Miraflores Bajo, puntualmente al final del Estado Mayor se encuentra una leyenda viviente y, como les dije, en el lugar menos imaginable y difícil de creer, paso caminando y encuentro una cola de comensales de toda clase social, familias, políticos, policías, gerentes, empleados, estudiantes, empresarios, banqueros, dirigentes de fútbol, jugadores de nuestros tradicionales equipos de fútbol, incluso un cambio generacional, muchos autos parqueados, taxis, autos de lujo, minibuses, etcétera. Aquí todos somos iguales, hacemos la misma fila pacientemente para que doña Zenaida Lopes nos prepare personalmente ese delicioso sándwich con cortes de pierna de cerdo aún caliente del horno con el perfecto ají y escabeche en ese suave pan sarnita con ese espectacular cuerito, mientras te da la bienvenida y te invita una delicada lonja de esa deliciosa pierna de cerdo que hace funcionar tus papilas gustativas intensamente ( te hace babear). Ves cómo termina de preparar tu sándwich de “chola” para que luego ella, con voz cauta pero dulce, te agradezca y se despida con una mirada humilde que sólo te la puede dar con 45 años de experiencia. Doña Zenaida, oriunda de Camargo, ha visto pasar generaciones por su humilde puesto de sándwiches de chola
Gracias Zenaida por hacernos babear de gusto con tus galácticos sándwiches y por traerme tantos recuerdos hermosos de mi juventud.
Estoy seguro de que ya la conoces pero si no, te la recomiendo. Qué rico, che
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